Del dulce río con la salada mar
soy testigo que ha contar
como entre intensos remolinos
ambos se van a encontrar.
Entre sus aguas me deslizo
a palo y remo sincronizo
cara el dulce río o
contra el salado mar.
En el agua me apoyo
y me desplazo pasando por debajo
de cada puente que se alza sobre mí,
marcando el principio y el fin.
Somos testigos del encuentro
entre el dulce río y la salada mar.
Que con cada marea se acercan,
y con cada marea se tienen que separar.