Os presento a B.

Una ilustradora encantadora y risueña que quiere seguir evolucionando y mejorar profesionalmente. Tiene su propia empresa como autónoma donde lleva años trabajando como autora de cuentos personalizados. Mi alumna me comenta que lo que más le solicitan los clientes es ilustración descriptiva. La creatividad, el estilo más personal o la interpretación no tienen cabida en la gran mayoría de solicitudes. Dentro de su nicho laboral, si quieres mejorar, el reto es hacerlo de forma que el cliente no sienta que se alejan de su zona de confort en el mundo de la representación.

> Infórmate sobre mis clases de ilustración y cómic.

Cuesta entenderlo.

Desde un punto de vista artístico profesional, es difícil comprender al cliente, porque para nosotros la finalidad es siempre evolucionar y mejorar las formas de representación. Luchas cada día por encontrar un estilo que pueda comunicar mejor las ideas y emociones.

Es un trabajo muy duro y sufrido y nos lleva de cabeza toda nuestra vida artística.

Cuando sales al mercado laboral.

Cuando empiezas a trabajar, siempre esperas que los clientes exijan lo más creativo de ti. O deberían. Pero no. Si no es público especializado en arte -como en el caso de B.- hay que tenerlo claro desde el principio -como lo tiene claro B.- para evitar desgastarse intentando vender un producto que no genera ningún tipo de interés en ese público. O les gusta y lo compran o no les gusta y no lo compran. No hay más. Y la gran mayoría de los clientes de B prefieren ilustraciones descriptivas.

La ilustración descriptiva.

En la universidad o centros de formación especializados, no te hablan del mercado donde los clientes prefieren ilustraciones descriptivas. En estos lugares te entrenan únicamente en la excelencia creativa. Cuando entras en el mercado laboral descubres que el mundo es más complejo y la demanda muy diversa. A veces encuentras lugares donde la excelencia creativa es imperativa pero otras veces encontrarás nichos donde la demanda es mucho más sencilla, cercana y válida.

 

Lo más importante.

Saber qué estás dispuesto a hacer para evitar frustraciones es lo más importante para evitar desanimarse y bloquearse. Tener claro el lugar en el que queremos estar para desarrollar nuestro trabajo con entusiasmo.