Esta semana se me ocurrió revolver en el armario donde guardo los contenidos de mis estudios de la ESO y bachillerato ¡Que gran cantidad de temas se da por curso!  Asignaturas como historia, matemáticas, idiomas… En general, recuerdo mi paso por el instituto como un sistema educativo pasivo donde si el alumno, no puede seguir el ritmo, tendrá que solucionarlo con horas extras en clases particulares.

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joven lee un libro. Publicación: Sistema Educativo Pasivo

El verdadero fracaso de la educación pasiva.

Son muchos contenidos y no digo que no se deban aprender pero, que yo recuerde, solo se podían dar todos los contenidos en clases en las que el profesor/a expone y el alumno escucha. En esta agenda, no cuenta con margen para ayudar a alumnos que puedan tener dificultades para entender algo. Todo el tiempo lo ocupa la ingente cantidad de contenidos que hay que aprender. Que yo recuerde, nunca hemos completado todos los temarios que tocaba en cada curso.

Siempre quedaba gran parte de los contenidos por dar pese a que las clases eran un espacio de exposición de contenidos del profesorado.

El problema es que si un estudiante tiene problemas para avanzar, el profesorado no tienen tiempo de atender las dudas de una forma individualizada. Finalmente, estos alumnos/as tendrán que solucionar sus dificultades contratando clases particulares. Siempre que puedas permitírtelo económicamente.

Joven escribiendo en un cuaderno. Publicación: Sistema Educativo Pasivo

Completar la formación pública con formación privada.

A lo largo de mi paso por los centros de enseñanza he percibido un sistema educativo pasivo que no da soluciones realmente efectivas a los problemas de la desigualdad en el aprendizaje. En las que estudiantes que se queda atrás y estudiantes que van adelantados, comparten el mismo curso y ritmo de estudios por igualdad de oportunidades, haciendo que ambos pierdan eso mismo que defiende el sistema. Se ruega que la comunidad educativa se adapte al sistema, olvidando que el sistema lo conformamos todos los que estamos dentro de ella y que la adaptación debería ser recíproca.

Es complicado estar ilusionado en un sistema educativo pasivo que permite que un estudiante se quede atrás y tenga que completar su educación pública con educación privada. Porque en lugar de entender qué necesitas, te pide que entiendas tú porqué todos deben estudiar exactamente lo mismo, al mismo tiempo y en el mismo orden. Donde tus dudas como estudiante se trasladan. Donde impartir una enseñanza activa no fuese compatible con el sistema.

Aceptamos con resignación que hay demasiados alumnos por aula y que son muchos contenidos.

El sistema educativo como mero trámite.

Nadie va a analizar los errores que comentas al desarrollar los ejercicios. Te darán una corrección y una puntuación pero, lo que no te darán es un aprendizaje activo del problema que no has podido solucionar. Te dan cantidad en lugar de calidad. Nada que te ayude a brillar. Lo que más importa cuando estás estudiando es que debes terminar porque lo importante no está durante el camino sino al final; cuando llegues al mundo laboral y puedas dedicar tu tiempo a la profesión que te apasiona.

Sin embargo, al tratar de entrar en el mercado y buscar tus primeros empleos, entenderás lo lleno que te sientes de contenidos y lo vacío que estás de materias. Porque cuando la educación tendría que haberte llenado de conocimientos, habilidades y experiencias, te han hecho pasar años escuchando y repitiendo.

A medio camino, estás deseando terminar y al final, el sistema educativo se convierte en un mero trámite que completar para llegar al verdadero aprendizaje.

joven mirando al sol brillar. Publicación: Sistema Educativo PasivoSistema educativo pasivo vs clases particulares.

Pasé un año en clases particulares de matemáticas en la ESO porque tenía dificultades para comprender los ejercicios. Nadie dentro del sistema quiso parar y ayudarme. Asistieron pasivamente a mi hundimiento culpándome del problema. Sin embargo, bastó un año de clases particulares para no volver a necesitarlos más durante los dos cursos finales. Prueba de que, un bache en un camino puede hacerte lastrar toda tu vida académica. También es muestra de que si tienes dificultades en el aprendizaje reza para tener dinero porque, sin él da igual que estudies en el sistema educativo público; ellos no te van ayudar. Sin las clases particulares, no hubiese llegado a Bachillerato, ni a la universidad, ni al master, ¡ni tantas otras cosas que no hubiese podido hacer si no hubiese superado esos baches!

Y todo, por culpa de un año en el que necesitaba ir un poco más despacio.

¿Qué estamos aprendiendo?

¿Qué pasa con todas esas actividades que queremos hacer como: escribir historias, actuar, cantar, presentar, desarrollar un proyecto, diseñar, programar…?  Actividades que requieren de una educación más activa que no se imparte con lecciones sino con experiencias. Están completamente fuera del sistema. Y no, las extraescolares no están dentro del sistema, están fuera. Dentro pasamos de todas las actividades que requieran de atención personalizada. Contenidos sí. Pero pasivos. De mucho escuchar, poco leer y nada que hacer.

Es el valor de completar algo que has hecho. De analizar, de organizar, de resolver con la perseverancia y la actitud. Mejorar y convertirte en el futuro en una buena profesional.

La comunicación sigue siendo la mejor herramienta para conocer a las personas. Hablar y escuchar: dudas, expectativas, sueños, ilusiones y cuestiones que, surgen en pleno desarrollo de nuestros estudios. La mente soltando sus primeras burbujas de creatividad. Pero no se puede hacer si durante las seis u ocho horas que los estudiantes están en clase solo escuchan al profesorado hablar. Así no puedes adaptar las clases. Así no puedes hacer una educación activa.

joven jugando con piezas de construcción